En la segunda mitad del año, mientras terminaba en la última posición del Torneo Apertura, protagonizaba una gran campaña en una copa internacional. A unos metros de este lugar se ubicó más tarde una cancha temporal de otro club grande, River Plate. Tras empatar el segundo partido en Avellaneda, gritó por séptima vez campeón de América. El partido se jugó el 8 de agosto en el Estadio Yanmar Nagai de Osaka e Independiente se consagró tras imponerse por 1-0, con un gol de Silvio Romero.