Ibrahimovic y Luis Suárez, dos de los jugadores más representativos de los últimos 15 años del fútbol, forjaron sus distintivas cualidades en el Ajax, una institución también admirable por su negativa a capitular frente a las normas que le amenazan. El 1-2 de Amsterdam es un magnífico resultado para un equipo con tanta experiencia como el Madrid, pero el bajonazo de la últimas semanas y los temblores en el Bernabéu provocan incertidumbre en toda la institución y la hinchada. Tardó en recuperar la forma el malagueño tras su operación de apendicitis, entrando poco en el equipo. Lo meritocracia de Solari, el billete al equipo titular sólo para aquellos que se lo ganen, mantiene a la plantilla en vilo, felices los jóvenes por las oportunidades, desconfiadas las figuras por la severidad del patrón y desconcertada la clase media, que se ve entrando y saliendo sin continuidad. Desde la ida copera en el Camp Nou sólo ha sido titular en la derrota ante el Girona, y en los últimos partidos ni siquiera ha a calentado. También en un vestuario que, desde la derrota contra el Girona, no se encuentra. Lo cierto es que, dejando a un lado el evidente progreso del equipo (ganador de la Copa, segundo en la Liga y semifinalista de Champions), el primer año de Mou puede compendiarse en esta antología selecta.
Lo imposible volvió a suceder en la Champions por segunda noche consecutiva. Su atrevida apuesta pasa examen definitivo esta noche en el Bernabéu, en la vuelta de los octavos de final de la Champions, el único torneo donde los suyos pueden soñar con una primavera alegre tras las cornadas consecutivas del Barcelona. Si pensáis que es normal que el Valencia juegue el domingo por la noche en Bilbao y hoy contra el Barcelona, que jugó el sábado por la tarde en Mallorca, yo no pienso que es normal. Guardiola no ha querido el sábado y con esta historia se juega el lunes. También la piña de jugadores del Tottenham sobre un Lucas Moura que es ya parte de la historia spur para siempre. El Tottenham se quedó petrificado, como si no entendiera nada de lo que estaba sucediendo. Tenía el Tottenham que marcar tres y lo hizo, todos ellos con la firma de un mismo jugador, Lucas Moura, el héroe más impensable de una cita histórica, de un partido para el álbum de oro de la Copa de Europa. Por ejemplo, cuando les derrotó en la Supercopa de Europa en Tallin (2-4) y colgó una imagen en las redes sociales de Sergio Ramos poniéndole una corona.
A los capitanes, Marcelo entre ellos, no les pareció mal la decisión del mister con un jugador de especial carácter. El exjugador Paolo Maldini, gloria del fútbol italiano y bandera del Milan, sorprendió a todos al definirse como el jugador “más perdedor de la historia”, al justificar esta curiosa consideración con el dolor que todavía siente por haber perdido la final del Mundial de 1994 y tres finales de la Copa de Europa. «No sé lo que estaré aquí, seguramente no mucho, pero el tiempo que sea lo haré trabajando con mis ideas», repite como letanía a quien le pregunta por la revolución que está llevando a cabo en el conjunto campeón de las últimas tres Copas de Europa. Era el conjunto inglés quien debía remontar y observaba atónito cómo era su rival el que le atacaba sin descanso, asumiendo riesgos sin mirar atrás. Vertonghen rozó el gol en un cabezazo al larguero que la defensa acabó sacando bajo palos sin saber muy bien cómo hasta que en el minuto 95 llegó el tercer gol de Lucas Moura que bañó a todo un estadio en lágrimas. “Rinus Michels fue quien me enseñó cómo escoger el momento idóneo para irme al ataque y me convirtió en un extremo a media jornada”, había explicado.
Uno de sus excompañeros en la seleccción, Willy van de Kerkhof, recordaba que “podía estar de juerga hasta las 3 o las 4 de la madrugada pero al día siguiente nunca fallaba para el partido de las tres y media de la tarde”. Mundo Deportivo resalta las dos caras del partido frente al Ajax, con los jugadores el Madrid totalmente abatidos y los del Ajax exultantes con el pase a cuartos de Champions. El danés sólo lleva un partido de blaugrana. Olvidan al Ajax porque no tiene el dinero, ni el mercado, de los clubs de las cinco grandes ligas -España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia-, pero no se olvidan de exprimirle cuando aparecen sus jóvenes en el horizonte. Sin embargo, el galés no está aprovechando las oportunidades y, encima, cuando se ha visto en el banquillo ha reaccionado con rebeldía, dando imágenes para la salsa rosa del fútbol. La solidaridad era también común entre los obreros judíos que se integraron en la working class británica a finales del siglo XIX y cuyo deporte era el fútbol. Los tiempos que corren, definidos por la sentencia Bosman, conspiran contra el Ajax, el equipo que revolucionó el fútbol y lo sacó de las fauces del catenaccio.